domingo, 7 de diciembre de 2008

LA GUERRA AÉREA EN LA BATALLA DE MADRID



El 23 y 25 de agosto de 1936, los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos, y a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid. Este es el primer bombardeo de este tipo, en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aéreas, no encender luces de noche, etc., situación que después sufrirían muchas ciudades europeas en la Segunda Guerra Mundial. Madrid tiene el triste privilegio de haber sido la primera.
Aviones republicanos bombardean el
Alcázar de Toledo, y un avión Junker alemán lanza sobre el Alcázar alimentos y dos cartas de ánimo, una de Mola y otra de Franco.
En octubre de 1936 llegan a Cartagena los primeros aviones rusos y dan un vuelco a la situación. Los
Chatos y los Moscas proporcionan a la República la superioridad aérea y hacen que Franco se replantee sus planes del asalto definitivo a la capital.
Del 23 al 30 de octubre, aumenta el ritmo de los bombardeos por Junkers 52. El 4 de noviembre empiezan a actuar los Chatos y dispersan a los Fiat que escoltaban a los Ju52 que iban a bombardear Madrid. En los primeros días derriban seis aviones.
El 13 de noviembre se enfrentan 14 Fiat contra 13 Chatos sobre el cielo de Madrid. Combaten sobre el paseo de Rosales y, pese a su mayor velocidad, los aviones rusos no consiguen eliminar del cielo a los aviones rebeldes.
Los aviones de la Legión Cóndor, en su primera intervención, apoyan el avance de
Varela y Asensio, consiguiendo así Asensio pasar el Manzanares y ocupar parte de la Ciudad Universitaria.
El 20 de noviembre de 1936 se da por terminada la primera ofensiva sobre Madrid, aunque continúan los bombardeos aéreos y artilleros sobre la capital.
En febrero de 1937, en la
batalla del Jarama, los Chatos rusos impiden los ataques de los Ju52 alemanes. La República tiene el dominio del aire. Pero el 18 de febrero, tras un combate aéreo dirigido por Joaquín García-Morato al frente de la Patrulla Azul, los nacionales recuperan el dominio del aire. En un combate entre Fiat y Chatos, pese a su menor velocidad, los Fiat derriban a ocho Chatos. A partir de este momento, los rusos, por precaución, deciden no enviar más Chatos a la batalla del Jarama.
El 8 de marzo, en la
batalla de Guadalajara, los aeropuertos de fortuna de los nacionales están embarrados debido a las fuertes lluvias y no permiten que despegue la aviación. Los republicanos tienen el dominio del aire y hostigan a las fuerzas italianas, empleando los aviones incluso para la guerra psicológica, bombardeando a las tropas con pasquines que les invitan a desertar. El día 12, la aviación apoya el avance de las tropas republicanas.

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